¡Se nos olvidó que necesitamos amar!
Los seres humanos vivimos
quejándonos de que necesitamos ser amados. Y sí, claro que necesitamos saber
que somos importantes para alguien y que ese alguien nos tiene en sus afectos.
A raíz de ver como cada vez
más nos desbordamos de amor por los animales y mascotas, tome consciencia de un
pequeñito detalle: los seres humanos necesitamos también amar! Ya no solo se trata de sentirnos amados, si no tambien de reconocernos como un ser lleno de amor buscando en donde depositarlo.
¿Lo anterior nos lleva a una
pregunta? ¿Y los otros seres humanos? ¿Por qué no son una opción?
Y entonces ¡Aparecieron las
llaves! Es que ¡los seres humanos
somos insoportables!:
Tenemos cero tolerancia, cero
respeto, cero compartir, y en cambio sí somos muy buenos para imponernos, para
criticarnos, para no aceptarnos. Somos superficiales, cada vez más egoístas,
más agoticos, más desinteresados y como vivimos al ritmo del consumo la
existencia se nos va en cómo hacer dinero para mantener el nivel de vida
que creemos debemos tener, y ni hablar de lo competitivos que somos: que si me
visto mejor que Susanita, que si medito
más que fulanito, es que yo sí sé cómo es que se tienen que pensar y hacer las
cosas e invalido el concepto de los demás.
¿De dónde salimos los
insoportables? Necesariamente nos toca hablar de la familia sin desconocer que hay otros elementos muy importantes que contribuyen a hacer del ser humano lo que es..
La familia está constituida
por seres humanos, en permanente aprendizaje, con una serie de cargas cuya principal funcion es crear seres idóneos para vivir en sociedad pudiendo ser capaces de lidiar
con sus propias necesidades y contribuir a un mundo mejor.
¡De que seres idóneos
estamos hablando?
La familia no logra satisfacer las necesidades
afectivas de sus miembros, es más, se dan situaciones afectivas tan difusas y
desorganizadas que antes de ayudar a construir una afectividad sana, salimos de
su interior con una serie de heridas, frustraciones, confusiones, que no
permiten dar cuenta de nuestra verdadera naturaleza.
Por ende terminamos siendo
personas con falencias, en crecimiento, con muchas necesidades importantes que
satisfacer, con una afectividad compleja, desconocida, estigmatizada, y es
donde entra el juego la palabra amor como necesidad básica del ser humano:
Por un lado está esa imperiosa necesidad de sentirnos amados, para mi gusto, un poco agotada y mal interpretada, que sirve de caballito de batalla para hacer o dejar de hacer lo que se tiene que hacer y la otra necesidad del amor, que es amar, que es desconocida, disminuida, no tenida en cuenta, objeto de este artículo.
Si miramos bien, va en línea
directa con lo que se mencionó hace un instante: en nuestro eterno yó yó, en
nuestro eterno egoísmo, estamos tan desenfocados que ni siquiera nos permitimos
pensar ni sentir nuestras necesidades más profundas. Pero ojo, eso no quiere
decir, que no seamos capaces de satisfacer esa imperiosa necesidad de amar.
El amor es el eje de la vida
humana, y no estoy hablando del amor romántico, estoy hablando del amor per se.
Esa necesidad de dar amor por que sí, sin más objetivo que tener un objeto de amor y consecuentemente, que
ese amado permita ese amor.
Todos tenemos un amor: un
padre o madre, un hijo, una mascota, una pareja, un arte (lo que nos apasiona
por encima de todo) en que nos comprometemos cien por ciento. Va más allá de la
necesidad de sentirnos queridos, es esa necesidad intrínseca de amar, en la que
nos permitimos sacar a la luz ese ser afectuoso, comprometido que somos, capaz
de conectarse con el o lo otro en plena libertad.
Hay muchas personas que han
podido disfrutar de una afectividad adecuada por decirlo de alguna manera, pero
la gran mayoría se ha visto inmersa en conflictos, confusiones y dolores al que
esa posibilidad sana afectiva le ha sido esquiva. Las relaciones
interpersonales con muy complicadas, amén de las distorsiones mentales que tenemos
de lo que es una relación, de lo que es la comunicación entre iguales (entrando aquí, lo que tiene que ver con género, con el poder), por nombrar algunos impedimentos, llevando en el ámbito amoroso a tener
serios desencuentros y frustraciones.
Amar implica confianza, entrega y tristemente el ser humano en general no genera esa tranquilidad para ser receptor de ese amor. Aprendimos a no confiar, a no creer en el otro. .
Por eso es tan fácil,
enamorarse de un ser animal, que te brinda todo lo que quisieras encontrar en
tu igual. No hay cuestionamientos, hay lealtad, hay felicidad, hay compañía,
solidaridad y la construcción mutua de una convivencia. Los seres humanos ponen
sus reglas pero el ser animal desde su animalidad cariñosa lleva a su compañero
a satisfacer sus necesidades sin que por ello el humano se sienta invadido. En
su amor son agradecidos. Lo único que piden de ti es tu amor, ¿Imagínate si no
es un excelente negocio para las dos partes? Es un gana gana. Satisfaces tu
necesidad de amar sin límites y el a dejarse amar.
Muchas veces el amor ha sido
tan doloroso que sencillamente lo olvidamos. De pronto, aparece en nuestra vida
un pequeño ser que nos permite recobrar la consciencia del amor, y lo empezamos
a disfrutar y se empieza atransformar nuestra vivencia al sentirnos seres
vibrantes, capacer de amar y nos tornamos agradecidos con ese ser que nos dio la posibilidad de acceder a esa hermosa esencia.
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